Presentamos cuatro poemas de Toño Guede (Ourense, Galicia, España, 1971). En el año 2000 publica su primera novela Cicatrices (VariEdiciones). Desde entonces ha publicado ocho novelas, la última, en 2021, Só ficarán cinzas en algures (Editorial Galaxia), está publicada en su lengua materna, gallego, idioma en el que escribe su primer poemario Bolboretas na memoria (El taller del poeta), en el año 2009. Tras la publicación de este poemario y en colaboración con otros escritores de su ciudad, crea la asociación Círculo Poético Orensano, dedicada a promocionar la literatura en los centros educativos. Ahora mismo esta asociación celebra un Encuentro de Poesía anual de carácter internacional, y un certamen de poesía para niños de educación primaria.
A VISTA DE PÁJARO
A vista de pájaro:
una ciudad vacía, un sol inclemente.
Canícula.
Sueños derretidos.
Una realidad de cartón piedra que golpea los sentidos
haciéndonos ver los huecos
por donde se filtran los sueños,
aquellas oquedades por donde se derrama el alma
tras cada fracaso.
Desde lejos un cuadro confuso lleno de colores
que laceran la mirada,
lleno de figuras borrosas que apenas
simulan una existencia.
Desde cerca una fotografía en sepia
que muestra mil miserias adheridas a la realidad,
sueños rotos, manecillas de reloj torcidas
impidiendo que llegue la hora marcada
y que nos obligan a un eterno presente
sin solución, sin salida,
sin sueños.
HERIDA
Tú estabas herida,
no lo supe ver.
La piel que te recubría
dolía en mil pasados
y yo apreté donde el alma
se desangraba.
De querer quererte casi te pierdo
y hoy muero al recordarlo.
Instantes llenos de vacío llenan los días
desde la última vez que pude respirar tu presencia.
Tú llegabas con cicatrices en el alma
y la memoria rota
y fui incapaz de detener la hemorragia
que vaciaba tu ser.
Ahora estoy aquí sentado,
contemplando la soledad de mi fracaso,
aguardando que la realidad me devore
y finalice la condena
de no saberte.
NUEVO DÍA
Es un nuevo día. Es mi día.
Es la hora donde todos los cafés del mundo
se resumen en los labios sonrientes de la camarera
que limpia con su mirada la mugre de las palabras de la portada del diario de este
día,
que es mi día.
Es un nuevo día. El sol es viejo como el dolor que me acompaña.
No sé desde cuándo, ni porqué, pero siento el dolor en la piel.
Hoy es un nuevo amanecer,
aunque ya dejó hace tiempo de hacer noche en los ojos y en los sueños.
Es un nuevo aire el que se respira.
Los pies son los de siempre, la calle también.
Pero son mis pasos diferentes, tienen otro ritmo,
como si bailasen las horas.
Si algún día la muerte viene a buscarme me gustaría bailar esta danza con ella.
Es una nueva tarde.
He comido comida que sabía a comida. E incluso he podido relamerme
los labios.
Es un nuevo día.
Y ahora llega la noche.
La eterna noche de siempre, la eterna oscuridad de todos los días.
CARICIAS
Cuando me acaricia la noche
siento dentro nacer fantasmas,
bestias rugientes en el pecho
que vomitan mil sentimientos.
Al fondo la calle es oscura
y devora a los incautos
que aún creen
en unicornios y sueños.
Pero en la oscuridad
de la acera
habitan sólo las bestias
que nacen en pechos oscuros.
