La subversiva religiosidad de Cruz e Sousa


No radica la valía de Cruz e Sousa (1868-1869), el gran poeta simbolista brasileño, en concebir el ejercicio artístico como un sucedáneo de la religión. Ello ya lo había descrito Hegel, en su Fenomenología del espíritu, como un triunfo de la Grecia clásica y un ideal que se debería recuperar para la época moderna. Lo original en el poeta sudamericano fue que escapó de la enunciación patricia, elitista, e hizo de su obra, sobre todo de su poesía en prosa, una subversión irónica del empoderamiento ritual.
Presentamos aquí dos poemas de su libro Misal (1893), en los que el poeta se apodera de la capacidad creativa (y creadora) de la voz poética que se le había negado a su “ramo de raza” –la afrodescendiente–, a su región –la colonizada provincia brasileña– y a su “fondo de civilización” –la de aquellos recientemente liberados del yugo esclavista–. Esta es una pequeña muestra de la poesía de Cruz e Sousa, quien ya en su tiempo fuera admirado por los modernistas latinoamericanos, como Ricardo Jaimes Freyre, pero que sigue siendo una rareza para la comunidad lectora hispanohablante dada la escasa traducción al español de su poesía, sobre todo de aquella escrita en prosa.

Presentación y traducción 
por Agustín Abreu Cornelio

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Ritos

La luz lirial de la Luna abre tu alma, artista, como un solar antiguo.

Sobre la nieve luminosa del gran astro noctámbulo, las visiones que un día amaste aparecerán ahora.

¡Ah! Tu alma es un antiguo solar donde mujeres prodigiosas, enfloradas de belleza, pieles finas, transparentes, de delicadeza de porcelana, pasaron.

Eres un solar antiguo...

Tienes el aire nublado del crepúsculo de melancolía que hay en los viejos solares.

Alguna cosa de nostálgico, de evocativo, como lentos sones plañideros, en la noche o en la hora del Ángelus, en la soledad de los campos levanta y despierta tu alma.

Tu corazón es el Sagrado Viático, más puro y blanco que las claras hostias.

¡¿De qué fondo de civilización, de qué ramo de raza, de que región viniste, en una original sensación de nervios, palpitante, convulso como el mar y como el mar sereno y también como el mar profundo y grande?!

Por tus ideas, por tus ojos fatigados de ver y percibir de cerca el incoercible mundo, pasan las alegrías, las lágrimas, el intenso vivir de muchas generaciones.

Tú representas bien a todas ellas, eres la esencia espiritual de infinitas camadas humanas, la luminosa distinción de esas generaciones que finaron y que no fueron más que simples moléculas para formar tu extraño, poderoso organismo de artista.

Sufrieron, gozaron y pensaron para que tú sobre ellas hicieras nacer, surgir el mundo virgen de tus impresiones e ideas. Y es por eso, artista, que abres tu alma como un solar antiguo a la luz lirial de la Luna –apasionada sultana que vaga en la noche, que vigila y vela por las Religiones incomparables del Pensamiento, seguida del fulgurante cortejo de las estrellas odaliscas...


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La gata

De nieve, de una suavidad de armiño y lactescencia de nieve, de una nerviosidad frenética, era lujosa, de verdad principesca, esa orgullosa gata.

Las esmeraldas de sus ojos claros fosforaban sensualmente, eléctricamente, cuando, en el confort de la casa, alguien le acariciaba el lomo manso, el hocico tierno, fofo, punteado de plateados hilos sutiles; y en su lindo pelo sedoso y albo, como en una fresca y virginal epidermis de mujer aristocrática, repasaba un frisson de ternura, un estremecimiento, como si en toda ella vibrara alguna fibra espiritual y amorosa.

Y era entonces hidalga en las sensaciones, en el ronronear apasionado, a la luz de la luna, bajo el cintilante cristal de las estrellas, por las calladas vastedades de la noche o, en las horas de siesta, en los calientes, languidecedores bochornos, perezosa y fatigada, anhelando el reposo en una onda de goce y voluptuosidad, enroscada, serpenteada, zigzagueante y convulsa, como un organismo suave y débil que un vivo azogue electriza y agita.

Tal vez fuera el alma de alguna vaporosa reina que allí viviera, en ese precioso animal, en esa misteriosa visión polar, dentro de aquel fieltro blanco, de aquella felpa rica, de aquellos copos eslavos; algún sueño, en fin, errante, vago, perdido en ese noble ejemplar felino de formas lascivas, flexosas y delicadas.

A veces, incluso, ella erraba, como nómada que pierde la ruta de la caravana por los desiertos escaldados de sol, en busca de alimento; y sus ojos, penetrantes en el verde húmedo y agudo de las luminosas pupilas, hasta más fantasiosa la volvían y más nublazón daban a su leyenda de hadas.

Y así, armiño girante, que las cuatro patas velludas hacían hidalgamente caminar, maullando histérica, era como una sonámbula idealizada y amante que sollozaba y gemía implorativamente a su dolor, a través de aposentos, en la indiferencia de casi todos.

Un día, no obstante, una dulce mano femenina y perfumada quiso tenerla junto y la llevó consigo a la tibieza y a la pompa de las alcobas aromadas, viviendo con ella al cuello, pasándole los íntimos alborozos de su sangre de Virgen –como si la gata fuera un profundo seno de halagos al que ella confiara todos sus misterios y secretos de Novia todavía presa en el claustro cerrado, como las monjas normandas de carne inquietante y alucinadora.

Con la hermosa seda del pelo vibrando con las caricias, alta y feliz la cabeza artística, ahora vive en ese cuello impoluto, en sueños deliciosos y gozos infinitos de orientalista, el bello ejemplar felino, blanco, voluptuoso y doliente como la luna envuelta, y cavilando inmaculadamente en el seno azul de las esferas.


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Semblanza del traductor:

Agustín Abreu Cornelio (Ciudad de México, 1980) es autor de los poemarios Los reflejos (ICY, Mérida, 2009) y Extinción del testimonio (SCT, Villahermosa, 2013), y coautor de El éter de las esferas (Ayuntamiento de Mérida, 2006), además de textos críticos sobre poesía y dramaturgia latinoamericana contemporánea. Poemas suyos han sido incluidos en las antologías Fibras de agave y Casi una isla. Ha traducido poemas, cuentos y ensayos de autores de habla portuguesa e inglesa, como Cruz e Sousa, Nelson Rodrigues, Claudia Rankine, Gertrude Stein, Diane di Prima, entre otros. Es doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Pittsburgh, maestro en Escritura Creativa por la Universidad de Texas en El Paso y licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Modelo. 

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