De parte de nuestro colaborador, Omar Cruz, presentamos una selección de poemas de Darío Rodríguez Escribano, nacido en Madrid, en el verano de 1999. Es autor del poemario «La Realidad de mi Mente» publicado en mayo de 2023 de la mano de Editorial «El Círculo Rojo». Ha participado en diferentes revistas literarias internacionales y podcast a lo largo de este último año como ser Revista El Coloso, Diario Digital Siglo XXI, Diario Alicante, Revista Montaje y otras. Intenta trazar la realidad cotidiana de los sentimientos desde el punto más sencillo y, sobre todo, más auténtico; experiencias, sentimientos, inquietudes, crítica melancolía y realidad como objetos principales de su rima.
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Incitado a visitar los callejones del infierno
Señora disciplina,
conozco varias de tus ramas
y escuché leyendas de tu vida.
Ven a visitarme temprano,
pues echo a correr en tu búsqueda
y quedo anclado.
Calcinado en el dique,
observando la tarea del agua,
las acciones componen la canción
y yo, pasmado y semblante cansado
descifro la semilla de mi ineptitud.
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La muralla del recuerdo
Donde no alcanza ni la luz aún,
carretera de infinito recorrido
para llegar a la muralla del recuerdo.
Inmortales besos
y versos nunca escritos.
Jinete en multicromáticos senderos,
recolector de mieles y manjares,
testigo de pecados capitales,
devoto del instinto.
Amiga pereza no busques mis colmillos,
conservo en mi cofre diferentes retratos,
diferentes escenarios,
la misma imagen desde niño.
No sólo por mi madre o por mi orgullo,
es por esta presión
en la que a veces me desmayo
cayendo en picado hasta el rincón más oscuro.
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El hombre solitario
Amigo de tristes callejones,
de caminatas con un solo testigo,
la luna.
El hombre solitario no abre la puerta,
sin embargo,
mantiene múltiples debates consigo.
El hombre solitario es cercano,
aunque la soledad juega con él
turnando entre invierno y verano.
Aun así, se ocupa del cultivo
y con cierto amargor recoge los frutos.
Su deseo es el simple aburrimiento de muchos.
El hombre se cansa
de no encontrar cobijo
en ningún escenario.
El hombre se marchita
de discutir consigo mismo
y luchar sin bandera que defender
a diario.
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15 líneas de verdadero reproche
Busqué mi persona en el espejo,
pero no encontré a nadie.
Soy una enciclopedia de males
y un diccionario de palabras malsonantes.
Divorciado de lo moralmente correcto
mi mente se mantiene corrupta
encajada en este frágil cuerpo
y cubierta por esta piel llena de tragedias
y amargos recuerdos.
De mí se esconde paz
y vuelvo a ser el mal
de los que me hacen bien.
Tiritando la última luz de este puerto
y cada vez menos almas
que recibo en mi vestíbulo.
Dios,
en realidad, no quiero ser esclavo de tus versos,
preciso de cualquier ayuda,
pero tu palabra conlleva un elevado precio.
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Thiara Real
La noche me acerca tu nombre
y yo, de nuevo presa de la incertidumbre.
Escondo mi reloj de arena,
la noche me acerca tu nombre
y yo, de nuevo esculpo tus manos sin tachuelas.
Amanezco implorando volver a aquel sueño
y entre las oscuras manchas de la medianoche,
poder presenciar tu hedonista silueta.
Empiezo a creer en mis pájaros ciegos,
que vuelan a tu alrededor.
Tratan de dibujarme mares desconocidos que,
llevan tus versos a la orilla.
Bajo tu cobijo yace la señorita inspiración,
la cual reside en tus rosadas mejillas
y me susurra pidiendo que atraviese el océano.
Imagino las aceras en las que caminas,
el viento nocturno que te hace escribir,
el nido lunar que te dibujó.
Todo indica que,
la noche me acerca tu nombre y yo,
despliego mis pensamientos
para guardarte en mi cuaderno.
Cansado de pedirte a la llena luna
y enfadado a ratos con mi imaginación.
Me siento abrazado cuando nuestras letras coinciden en el folio
transformando mis latidos en una dulce canción.
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