Siendo la otra la luna| María Elena Blanco | Cuba


 



La poeta Mariela Cordero, nuestra colaboradora, esta semana nos presenta dos poemas de María Elena Blanco (Cuba). Tiene Posgrados en literaturas francesa e hispanoamericana (Université de Paris, New York University). Profesora e investigadora académica. Traductora de las Naciones Unidas (1983-2007, actualmente freelance). Poesía: Posesión por pérdida (Chile y España, 1990); Alquímica memoria (España, 2001); Mitologuías. Homenaje a Matta (España, 2001); danubiomediterráneo (Austria, 2005); El amor incontable (España, 2008); Sobresalto al vacío (Chile, 2015); Sprung ins Blaue/Sobresalto al vacío, (Austria, 2016); y las antologías Havanity/Habanidad (Miami, 2010); Botín (Países Bajos, 2016); Poesía escogida/Poezii Alese (Bucarest, 2016); De parte de nadie (Cuba, 2016); En attendant Ulysse/Esperando a Ulises (París, 2024). Ensayo: Asedios al texto literario (España, 1999); Devoraciones. Ensayos de período especial (Países Bajos, 2016). Traducción literaria: Charles Baudelaire, Las flores del mal (Chile, 2023); M.-T. Kerschbaumer, Neun Elegien/Nueve Elegías (Austria, 2004); entre otras.

 

 

Explosivo fijo

 

palanca inmemorial presta a desencadenar

conflagraciones de árboles como venas en ascuas

emulsión negativa acumulativa

ácido azul

que inunda todo con su humo azul

resorte ciego de circuitos metálicos

pradera mineral sembrada de armas-trampa

compuertas caprichosas de rechazo de luz

carmín materia prima de los surtidores álgidos

a la menor activación bulle una tormenta muda

de terraza en terraza

 

factor daño total

 

la herida perfecta

la que no sana

 

Eje del silencio

 

Cuando casi fue nuestro

después de muchas lunas

lo azotaste con tus cuerdas de fuego.

Y otra vez conjuré un aliento de garúa

y vino

tu palabra dulce a quebrar el quiebre del silencio

que no es el de los corderos,

el de las puertas que se cierran solas

al paso de los amantes o los niños.

El silencio del aullido cuerpo adentro.

El silencio de agua gélida sobre ojos hinchados,

el silencio de hervor de agua suavizando

la espalda de poliuretano.

El silencio de una casa, cuál,

antes que el silencio me alcance.

La casa del silencio

donde tú no estás.

Será lo tóxico del aire:

goteos de duendes malos

que nos tienden un cerco, ese túnel

entre mi hombro y tu cuerpo.

Opta entonces por dar

rienda larga al pulmón que te aprisiona o

tómame entre tus brazos

y eso ya es otra historia,

número imaginario

modular.

No basta

aunque conviene

conocer la geometría del plano.

Pero es el álgebra de la cama lo que importa

la cifra de la noche sin ventanas

porque la cama es una

de las ventanas de la noche

siendo la otra la luna

lunera,

cascabelera,

irreductible coma

en la cuadratura de este círculo.

 

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