En la sección de traducción de Mariela Cordero presentamos dos poemas de Claude Vella (Francia). Nació en 1970 en Saint-Martin-d'Hères (Isère), donde creció y cursó estudios técnicos en un instituto profesional. Apasionado del arte desde siempre, fotografía principalmente la naturaleza y empieza a escribir desde la infancia. Un giro inesperado en su vida lo lleva a retomar la escritura, y hasta la fecha ha obtenido varias distinciones y premios literarios y poéticos. Publica numerosas obras en diversas antologías poéticas, revistas literarias y obras colectivas de distintas asociaciones con las que sigue colaborando. Fue miembro del jurado del premio del libro Alpin de la asociación Ex-Libris Dauphiné de 2017 a 2021. Es miembro del Consejo de Administración de la Asociación de Escritores Dauphinois desde 2020. Ha publicado varios poemarios y varias obras en coautoría.
Sensación
de eternidad
En las tardes de primavera, iré por los senderos,
a caminar por la pradera de frescores matinales;
meditativo, sentiré grandes esperanzas enteras
invadir mi corazón lleno de quejas invernales.
Con los ojos castaños radiantes de franca alegría,
llevaré el cabello largo enredado sobre la cabeza,
y bajo un sol estallando de belleza,
iré con el alma espléndida, deslumbrada por el festín.
No pensaré nada, pero tendré en mi frente
este maravilloso despertar donde el infinito se posa,
luego bajo el inmenso cielo que los astros tendrán,
habré tomado en mi corazón simplemente algo:
la sensación prestada de ligereza,
y el estremecimiento enrojecido de mis venas;
luego el futuro, al fin, la inmensa eternidad;
en mi vivo candor, iré con pensamientos sanos.
En
el balcón de la edad
Veo mis recuerdos de las sabrosas estaciones,
la memoria fiel y sin contrariedad;
exiliado en el tiempo, como un desheredado,
de una vejez presa de secuelas rigurosas.
Entonces recuerdo los días, las horas lánguidas,
la tierna despreocupación y la ligereza;
y la exquisita frescura de la sencillez,
para revivir al instante de minutos felices.
Durante mucho tiempo observé desde la distancia
estos esplendores,
estos años tan maravillosos, con las profundidades
de una gloria serena donde se agita la infancia.
Pero como un hombre celoso que no puede languidecer,
el torso comprimido en la brizna de una ofensa,
miro afuera a la juventud saltar.
Traducción del francés al español por Mariela
Cordero
Textos extraídos del poemario «Chants de plume»,
Edilivre 2013.