La poeta Mariela Cordero,
nuestra colaboradora, esta semana nos presenta dos poemas de Kepa Murua (España).
Nació en Zarautz en 1962. Es ensayista y narrador, pero sobre todo poeta. Una
trayectoria de más de treinta años y una veintena de títulos lo han consolidado
como una de las voces más singulares de la poesía en castellano. Sus libros
publicados en Luces de Gálibo son: Escribir la distancia (2012), Lo
que veo yo cada noche (2017), Trilogía del corazón (2021) y ¿Dónde?
(2023). Los últimos títulos de poesía editados con El Desvelo son: El
cuaderno blanco (2019), Canciones para Pau Donés (2022), Orfandad
(2024) y Otra vía/Another way (2024). Recientemente la editorial Chamán
ha publicado: Ella lee (2025).
La insistencia
Deja que sea tuyo el
final
y no cantes victoria
antes de tiempo.
Pero si lo haces, que no
sea con rabia
ni con desesperación.
La humilde hoja se
adelanta a su caída,
la prueba de fuego
resiste sin llama,
la eternidad tiene una
conciencia clara
con aquel que escribe su
itinerario
y no desfallece después
del comienzo.
Sé pues arpa de una
cuerda,
mano que no vende a los
amigos,
labios que no traicionan
al amor,
luz de miradas
indiscretas,
secreto en la oculta
rama.
Que no venza el canto que
se repite:
no ganarás algo distinto
si lo haces.
Si quieres seguir
adelante, tienes que perder siempre.
Ha de ser sin premio o
recompensa:
sin vencedores ni
vencidos.
Mudo en las cosas
grandes.
Pudiente con las
pequeñas.
La presencia
Toda herida que no se
cierra
sangrará de nuevo un día.
Refugio donde no hay
nadie,
todo lo que se abre, cae:
el puente cuando se pide
ayuda,
tal como las palabras nos
hablan
de los lugares que se
sitúan lejos,
la paz en ese paisaje
resquebrajado,
los silencios espaciados.
Los ojos blancos del
dolor
en frases interminables.
El inocente guarda una
memoria
que pocas veces se
comparte.
La aceptación del
sufrimiento
cuando descendemos,
conmueve.
Pero él acepta su pasado,
lo comprende y mira
adelante.